Cuando un individuo, grupo, movimiento social o partido político está convencido de que su posición es correcta, piensa automáticamente que es la única correcta. Con lo cual supone o da por hecho , que todas las demás son, cuando menos, incorrectas.
Esta suposición se anuda directamente con otra: “lo correcto es verdadero”. Por tanto, quienes consideran que su posición es la correcta automáticamente se piensan poseedores de la verdad. Y si lo que sostienen es correcto y verdadero, además, tienen la razón. Consiguientemente, las otras posiciones son incorrectas, no son verdaderas y quienes las sostienen están equivocados, no tienen razón y no dicen ni practican la verdad.
A partir de aquí, la dinámica social resulta dicotomizada: unos saben y tienen razón, y los demás no saben y no tienen razón. En tal situación, el único camino posible para la unidad, es decir, para el entendimiento entre los diferentes y sus diferencias será el de la disputa y la confrontación en aras de establecer quiénes “tienen la razón” y quiénes no, quiénes “dicen la verdad” y son los “dueños de la verdad” y quiénes deben aceptarla.
Por más que se pretenda que esta es una postura unitaria, o que conduce a la unidad en torno a la verdad, se trata de una visión (y práctica) extremadamente sectaria, divisionista y excluyente. Entre otros problemas, este tipo de unidad -aunque aparenta ser flexible- se sienta en el liderazgo grupal o individual de los dirigentes y por tanto necesita y promueve disciplinamiento y acatamiento (obediencia) a sus decisiones (órdenes). En realidad, estas posturas resultan de confundir la unidad con la reunión de varios movimientos, partidos, organizaciones varias. Pero unirse no es juntarse, requiere de un proceso complejo, conciente y voluntario.
A diferencia de la supuesta “verdad absoluta” de pocos, la “verdad revolucionaria” se construye entre todos los sectores del pueblo, con sus puntos de vista, identidades, perspectivas y objetivos diversos. No pretende abarcarlo todo sino aquello que posibilita –en un espacio tiempo social, político y cultural concreto articular una posición colectiva participada.
La “verdad revolucionaria” concibe y promueve la unidad como espacio reflexivo de lo diverso que ha construido sus coincidencias colectivamente. Por eso es plural, intercultural, compartida, relativa, histórica y en desarrollo. Concibe y apuesta a la unidad con diversidad, la que articula y crece –en tal sentido orgánicamente y se va construyendo día a día en las prácticas, en las conciencias. No apuesta a “juntarse” para realizar una acción puntual o un acto público a partir del cual conformar un frente “unido”; busca aprender a pensar y convivir en diversidad, a fortalecerse en las interdependencias y en los ámbitos comunes para germinar nuevas pertenencias e identidades colectivas.
Esta unidad reconoce a la “verdad revolucionaria” como una verdad históricamente construida y compartida por los actores sociales y políticos del campo popular. La que suma, fortalece y multiplica en vez de disciplinar, debilitar, restar y dividir, la que rescata en vez de desechar, la que constituye sujetos a la vez que es constituida por ellos.
No hay metodología alguna que garantice resultados ni verdades; esta tiene valor práctico cuando es producto -y parte- del proceso de construcción de saberes colectivos, en el cual se constituye a la vez, en su soporte. Se trata de un complejo proceso práctico reflexivo, yuxtapuesto y simultáneo de pueblos en lucha y creación intercultural, cuya coherencia y trascendencia está marcada por la participación consciente en él del conjunto de sus protagonistas. Esto es porque la verdad revolucionaria, como el proceso revolucionario, se construye desde abajo.
La ecuación lógico-política revolucionaria que evidencia su fuerza y vitalidad es clara, para captarla basta observar apenas cuántos están “adentro” y cuántos están “afuera” de las supuestas “verdades reveladas” de las élites “iluminadas”. Un mínimo de orientación política con sentido de realidad de pueblo será –amén de la modestia el saludable saldo.
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6 comentarios:
1. El tema trata de que individuos o grupos piensan y toman posiciones que son correctas para ellos y se piensan dueños de la verdad y no respetan otras posiciones diferentes y quienes deben aceptarla se llega a la confrontacion.
2. El tema es importante porque a mi entender la unidad ayuda a construir y ser creativos no es lo mismo juntarse que unirse, juntarse quiere decir poder obtaculizar algo para llegar a un fin pero no para la construccion colectiva.
3. Me sirve para entender que no hay una verdad unica y absoluta que hay otras verdades que se pueden construir en la diversidad.
Juana Fonseca.
1. El tema trata sobre la verdad en sentido absoluto de una posicion racional de un individuo, grupo, movimiento social, partidos politicos, y concluye que esa posicion es correcta y desecha la otras posiciones por incorrecta, situacion que lleva a una dicotomizacion de la dinamica social entre dos posturas cuya resolucion es a traves de la disputa o confrontacion.
2. El tema es importante en primer lugar porque toda dicotomizacion lleva a el sentido racional o de la razón se torne en dogma para ambas posiciones quedando fuera de la dinamica social otros grupos que no piensan lo mismo.
En segundo lugar aportes o conceptos acerca de la unidad (proceso complejo) requiere de compromiso de todos los sectores, dado que la pregunta seria como se puede articular las diferentes miradas (posiciones) en ese proceso que no solo lleva reacionalidad sino tambien la subjetividad de cada sector.
3. Me sirve para entender que existen en la realidad algunos grupos que creen y se reflejan en la verdad absoluta, postura que no comparto porque la construccion del sujeto colectivo participativo
es quizas la apuesta hacia un objetivo comun.
Me parese que hay dos posturas las que opinan y creen en una verdad absoluta creyendo ser la correcta y unica y lo que lleva a formar una union voluntaria de los sectores,pero solo sus ideas y alineamientos disciplinarioy no aceptando otras posiciones ya que las consideran incorrecta y su posibilidad de integracion o analisis.
La otra es la verdad revolucionaria que se abre a la posibilidad de cambiar las ideas y debate de los diferentes grupos sectores o individuos del cual se aprenden se crean o modifican ideas aplicables o momentos ,determinadas sin aplicar disciplinas o metodos establecidos sino reflexionando y aceptando diferencias posibles extrayendo lo mejor del conjunto de ideas y sostenido por su base que son la deiversidad de sectores.
..y en muchos casos quienes se sienten dueños de la verdad y de la razón, aplauden a la juventud rebelde con una mano y le untan en su rostro la soberbia de una experiencia excenta de humildad.
Esa experiencia más o menos verdadera, más o menos razonable, pero empaquetada de soberbia nunca, nunca, nunca hecha raíces en la fértil cabeza de la juventud.
Saber mucho y saber comunicar, son dos saberes que evidentemente no han nacido gemelos. Qué picardía!
Con respecto a la razon o verdad revolucionaria creo que hay determinadas y puntualizadas verdades que pueden llevar a una revolucion exitosa ,considero como dice la autora que se construye en diferente ambitos,sectores,organizaciones.
A lo largo de la historia a habido distintos de pueblos organizados de "verdades expontaneas",pero sin una direccion han quedado en situaciones revoulucionarias.
A la verdad revolucionaria hay que completaarla y ampliarla llenarla de nuevos contenidos
no hay una verdad absoluta quien la sabria?Entonces citando a San Martin:"La verdadera revolucion es la de los pueblos que luchan y se hacen libres"
Todos queremos tener razon imponiendo nuestra verdad ,y creo que la unica razon llega a travez de debates,posturas y concluciones.
Si pensamos en un razonamiento revolucionario es valido por los cambios que trae una revolucion pensada con concientizacion ,universalidad y diversidad para los pueblos que se encuentran oprimidos por los paises dominantes.
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