Con gran pesar por el fallecimiento de quien fuera un gran intelectual, militante popular y amigo, comparto aquí las reflexiones que sobre él escribió
Oscar Ugarteche
La inoportuna muerte de Javier Diez Canseco Cisneros tras un
cáncer fulminante agarra a la izquierda latinoamericana y peruana fuera de
base. Diagnosticado a inicios de febrero del 2013 de un cáncer al colon, este
resultó un sarcoma agresivo que se hizo metástasis y lo mató en pocas semanas.
Dirigente político y analista fino desde fines de los años 60, cuando era
estudiante en la Pontifica Universidad Católica del Perú, JDC fue el decano del
congreso peruano. Salió electo para la Asamblea Constituyente de 1978 y se
quedó en el Congreso de la República tres décadas con dos intermedios, cuando
Fujimori cerró el congreso en 1992 y cuando corrió a la presidencia en el año
2006.
Su ingreso al congreso tuvo como rasgo saltante la búsqueda
de la ley del voto para los analfabetos en la constitución de 1979. Este tema,
que ahora suena obsoleto, era relevante en el Perú de 1979 porque una masa
importante de la ciudadanía nacional peruana era analfabeta al final de la
servidumbre tras la reforma agraria. Que dicha masa poblacional tuviera
franquicia política era marcar la diferencia e introducir el concepto de
ciudadanía a todos los peruanos. La izquierda liderada por él logró pasar esa
ley en la constitución y de ese modo todos los y las peruanas tiene derecho a
voto desde 1979. La ampliación anterior de franquicia política se dio en 1956
cuando las mujeres obtuvieron su derecho a voto, dicen que por insistencia de
la Viuda de de la Piedra que era la mayor contribuyente y madre de un
presidente del Senado.
Se hizo conocido en las tres décadas en el congreso como un
buscador de crímenes de cuello blanco. En los años del primer gobierno de
García, más torpe y menos corrupto que el segundo, se ganó la atención del
público al estudiar cómo se habían entregado los dólares del mercado único de
cambios a algunos empresarios amigos del régimen. En los años de Fujimori tuvo
una actuación estelar denunciando las arbitrariedades y las relaciones del
gobierno con el narcotráfico. Eso le ganó el odio de Fujimori y Montesinos que
entre otras muchas cosas le pusieron algunas bombas en la puerta de su casa y
más de una vez asaltaron su camioneta y su casa. La que recuerdo con más
claridad fue una noche que una defensora de los derechos humanos de Argentina
iba al aeropuerto y decidimos quedarnos todos en una casa y que ella se fuera
con el guardaespaldas de Javier y el chofer. La camioneta fue asaltada camino a
Jorge Chávez y en una balacera el chofer salió herido. La camioneta apareció a
metros de la casa de los hijos incendiada. Montesinos advertía. Nada de
derechos humanos.
A inicios de los años 80, comenzó el trabajo en derechos
humanos con Francisco Soberón y crearon la Asociación Pro Derechos Humanos
(Aprodeh). Un congresista comprometido en este tema en medio de una guerra
sangrienta es importante porque permite a alguien con poder investigar abusos,
castigar y tratar de prevenir. JDC ha muerto comprometido con esta causa.
JDC sobrevivió numerosos atentados contra su vida y llevó
con prudencia y humor la intervención de sus comunicaciones por el servicio de
inteligencia desde los años 70. Por eso destapó, con la ayuda de un periodista
de La República, una central de interceptación telefónica de inteligencia de la
Marina en los tempranos años 80. Desde entonces tuvo al servicio de
inteligencia en la mira, menos por la labor correcta y más por los derechos
ciudadanos que estos infringían.
Durante el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006) fue
electo Vice Presidente del Congreso y asumió la comisión investigadora de
delitos económicos, que tuve el privilegio de compartir como su jefe de equipo
técnico. Lo que los 24 miembros del equipo técnico pudimos trabajar en un año a
pesar de los obstáculos fue sin duda en merito a su experiencia y su manejo de
los escasos recursos públicos a su disposición. Cuando era evidente que
cerraban el financiamiento público, buscamos apoyo de la cooperación alemana y
británica y se terminó el trabajo y se entablaron los juicios correspondientes.
Nunca tan bien odiado. Le metió el dedo al ojo al Poder económico y quedó
puesto en evidencia cómo funciona el poder privado dentro del Estado. Se
investigaron delitos que sumaron 6,000 millones de dólares y al final se pudo
meter a la cárcel, de manera inédita en América Latina, a varios ministros de
economía, de defensa, y al entorno de Fujimori. También los juicios a Fujimori
fueron alimentados por estas investigaciones. A ratos ha sido frustrante ver
como se compraban jueces y tribunales para dejar libres sobre todo a los ricos,
pero el ejercicio ciudadano se llevó a cabo y se desnudó la operación del
poder.
La frustración con el trabajo parlamentario fue una
constante. Por cada logro había innumerables ideas que no se podían concretar.
De todas las iniciativas de ley antidiscriminatoria que contuvieran la no
discriminación por orientación sexual, todas fracasaron. El oscurantismo
peruano reforzado por el Opus Dei y la derecha de la iglesia católica fue su
enemigo implacable. Con el decaimiento de la calidad de los congresistas en el
Perú, síntoma de la desintegración del país, la calidad de los debates y de las
propuestas de ley fue en bajada. Esto le molestaba mucho y le enojaba. El
racismo en el hemiciclo podía desquiciarlo y darle unos dolores de cabeza
proverbiales. A veces la ira era calmada con barras de chocolate.
El trabajo que hizo por los discapacitados fue loable. Logró
pasar una ley para que se incorporen a los discapacitados al mercado de trabajo
sin discriminación. El éxito con esta ley fue resistido por los empresarios
hasta que debieron de ceder. Igualmente una ley para que los edificios tengan
accesos para discapacitados. Siempre pensó que alguna vez le iba a tocar andar
en silla de ruedas. Nosotros, sus amigos, nunca lo percibimos como
discapacitado y cuando alguna vez dijo esto en voz alta, fue abucheado porque
como se le podía ocurrir. El caso es que tenía un problema severo en una pierna
por un polio infantil.
La muerte sorprende a Diez Canseco paradójicamente
suspendido del congreso por corrupción. El perseguidor perseguido es la esencia
de una farsa cuya otra actriz fue Susana Villarán por la misma razón. Eliminar
a la izquierda del imaginario político es el intento fascista de la derecha
fujimorista la que ahora se suman el ex alcalde de Lima Castañeda Lossio y Alan
García y su combo. Malditos sean los que tramaron esto y los miserables que lo
permitieron.
La derecha celebrará. Los encarcelados de los juicios que él
abrió saltarán de alegría. Algunos intentarán que no le hagan un entierro de
Estado como le corresponde, otros sacarán lo peor a relucir en la deplorable
prensa peruana; pero sobre todo, Javier deja una estela de luz tanto por lo que
hizo como por lo que dijo. Siempre al lado de los pobres y de los oprimidos,
siempre del lado de la verdad y la justicia, siempre consecuente. Es de los
muertos que nunca mueren. Nos vas a hacer mucha falta Javier. Le harás falta a
Liliana, a Pancho, Javier y Lucia, a tu nieta que te verá en fotos de grande,
le harás falta a los desposeídos de esta tierra y a los discriminados.
Fuente: ALAI; URL de este artículo: http://www.alainet.org/active/63779
Fotografia tomada de: https://si0.twimg.com/profile_images/629457002/Javier_Diez_Canseco_C.jpg
1 comentario:
Los movimientos sociales son producto de las voces acalladas de todos los tiempos que vienen arrastrados por la historia que acontece mundialmente y repercute con fuerza en latinoamerica ,pero no basta solo con ser revolucionarios sino también articular con los gobiernos de turno para encontrar las soluciones inmediatas,llegando a la inclusión de lo pueblos.La interrelación de la sociedad es un arma de buen comienzo para ésta lucha contínua, los gobiernos , Asociaciones civiles y demás organismos deben ayudar a la transformación de aislamiento de las políticas sociales.Pero de todos modos pienso que vamos por un buen camino con mucho por resolver pero con muchas más voces escuchadas.
Patricia Gallardo
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