Encuentro Sindical
Internacional Antiimperialista
Documento aprobado en el plenario de clausura del Encuentro
Sindical Internacional Antiimperialista organizado por la Central Obrera
Boliviana (COB), la Federación Sindical Mundial (FSM), con la adhesión del
Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia.
Creo que esta idea
de la ofensiva en defensa de la Humanidad, está cada día más engranada con la
realidad que estamos viviendo en el mundo
Hugo Chávez
Quiero animarme a
plantearles algo que corresponde a los movimientos sociales del mundo: ¿cómo
podemos todos unidos enfrentar al capitalismo? Estoy convencido de que debemos
elaborar una nueva tesis para salvar el planeta, una doctrina por la vida
Evo Morales
Introducción. Crisis del
capitalismo y consecuencias para la clase trabajadora
Los pueblos del mundo y especialmente los sectores populares
estamos sufriendo las consecuencias de una crisis del capitalismo. Una crisis
como nunca antes hemos vivido. Una crisis que es global y estructural.
Y es una crisis estructural porque es la combinación de
varias crisis, económica, financiera, energética, climática, alimentaria,
hídrica, institucional, política y de valores. No solo padecemos la crisis de
un sistema económico y de producción que no da más de sí, que para elevar la
tasa de ganancia, o mantener la plusvalía producida a costa de la explotación
de los pueblos, trabajadores y la naturaleza del Sur, tiene que convertir a la
Madre Tierra y a las personas en objeto de su despiadado dominio depredador.
Queremos resaltar la crisis climática como la cristalización
de todas las crisis; la supuesta alternativa de la economía verde como
respuesta al desastre ambiental que sufrimos no suponen más que la
privatización de la naturaleza y el resto de bienes comunes, así como la
demostración de que no existe capitalismo con rostro humano, estamos en una
etapa del capitalismo donde se mercantiliza todo, la vida y los bienes comunes.
Todo ello mientras se ponen en marcha guerras imperialistas para
depredar los recursos naturales de los pueblos en un círculo vicioso en el que
esos recursos naturales sirven para alimentar la industria de la guerra,
demostrando la voracidad del imperialismo. Recursos naturales, energía y agua
son objetivos del imperialismo que los pueblos y los trabajadores tenemos la
obligación de defender, pues son el futuro que debemos dejar en herencia, la
Madre Tierra que debemos cuidar pues es nuestro hogar.
El capitalismo ha adoptado por tanto una medida geopolítica
planetaria y la crisis expone la contradicción básica del capitalismo: la
contradicción entre el carácter social de la producción y la forma capitalista
de propiedad sobre los medios de producción y la apropiación de sus resultados.
En las crisis, el mecanismo entero del modo capitalista de producción, queda
subordinado a la presión de las fuerzas productivas creadas por el capitalismo.
La consecuencia de todo ello es que existen 1000 millones de
personas que pasan hambre en el mundo según la FAO y desde que comenzó la
crisis el número de pobres ha aumentado en 100 millones de personas.
Pero si bien la pobreza y el hambre son los efectos más
visibles de la crisis del capitalismo, todo ello va unido a la pérdida de
derechos sociales de la población, especialmente de los derechos laborales. El
capital va a intentar salir de la crisis a costa de los trabajadores.
La fase superior del capitalismo es el imperialismo y el
neoliberalismo en cuanto a destrucción creativa y política anti-obrera. En
ciertos de los países de América Latina se pudo frenar el consenso de
Washington y las recetas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial,
que buscaban las privatizaciones y restricciones de las políticas sociales,
pero hay otras partes del mundo cuyos pueblos siguen sufriendo la receta
neoliberal como supuesta salida a la crisis. Sin embargo, siguen aumentando las
tasas de desempleo, y recortando los derechos sociales, la salud, la educación,
a la vez que desahucian familias enteras mientras rescatan a los bancos.
Sin embargo las recetas neoliberales ya ni siquiera pueden
resolver los problemas de los países del centro del sistema-mundo capitalista.
Dichos países cuentan a veces con gobiernos paralelos bajo la forma de las
compañías transnacionales que son nuevas formas de las que se dota el
imperialismo para operar en los países supuestamente en desarrollo. La riqueza
de unos pocos supone la miseria de una buena parte del planeta.
Ya lo definió perfectamente Warren Buffet, uno de los
hombres más ricos del mundo: “Por supuesto que hay lucha de clases y los ricos
estamos ganando”.
Por lo tanto, si la lucha de clases sigue más vigente que
nunca, la construcción de un proyecto alternativo que haga frente a la crisis
del capitalismo solo puede venir de los sectores populares y trabajadores
organizados. La lucha sindical por tanto cobra especial vigencia en la
coyuntura actual.
Y la lucha sindical contra el capitalismo solo puede tener
como horizonte el socialismo. En un mundo globalizado donde la socialdemocracia
se vendió al neoliberalismo y el socialismo construido en el siglo XX ha tenido
debilidades, la construcción en el siglo XXI de un socialismo indemne de los
retrasos y debilidades que tenía durante el primer esfuerzo de su
implementación es tarea urgente y necesaria.
Y como ya lo definió la Central Obrera Boliviana en su Tesis
Socialista de 1970, están equivocados aquellos que sostienen que las
organizaciones sindicales deben limitarse a jugar el papel de sindicatos
tradeunionistas, es decir, circunscritos a la lucha puramente económica. Sin
abandonar la lucha en defensa de las condiciones materiales, los trabajadores
debemos intervenir en la vida política del país en nuestra condición de
vanguardia revolucionaria. Vanguardia que en el caso de Bolivia y otros países
se complementa con el proyecto político de las naciones y pueblos indígenas
originarios y campesinos, que fusionan la lucha sindical con lo comunitario
bajo un horizonte de “socialismo comunitario”.
Aporte de Bolivia
Precisamente los trabajadores del mundo celebramos el
Encuentro Sindical Internacional Antiimperialista en reconocimiento y
aprendizaje de una Bolivia abigarrada donde lo obrero, lo campesino y lo
indígena se fusionan en lo comunitario bajo un horizonte de construcción
socialista.
Reconocemos en Bolivia un gobierno de movimientos sociales,
donde la dirección del proceso se encuentra en manos de los sectores populares,
donde el Estado se ha fusionado con la sociedad civil. Un proceso que se funda
en las luchas históricas contra la colonial, el capitalismo y el
neoliberalismo. Un proyecto político, fusión de las luchas indígenas, obreras y
campesinas, que continua en construcción pero en el que nos sentimos
representados los sectores populares de nuestros países.
Reconocemos en Bolivia un Estado que ha tomado el control de
los sectores estratégicos de la economía, los hidrocarburos y energía en
general, las telecomunicaciones, salud y educación, pertenecen ahora al Estado
y no a los individuos, un Estado que a la vez es síntesis de un cambio de época
en América Latina, un Estado que pertenece al pueblo, porque es del pueblo y
funciona en base a las necesidades populares.
En Bolivia no solo no se reprime ni persigue a los sectores
populares y sindicatos, si no que se les impulsa y apoya política y materialmente
construyendo una democracia participativa que incorpora a los trabajadores en
la toma de decisiones.
Ese otro modelo de relacionamiento con los sectores
movilizados de la sociedad es el que nos muestra una democracia viva,
participativa, intercultural y comunitaria. Los sindicatos del mundo reunidos
en Bolivia estudiamos el nuevo paradigma boliviano que nos propone el Vivir
Bien ante la crisis civilizatoria que vivimos. Queremos apostar a un modelo de
desarrollo y a un modelo político que piense la economía desde lo comunitario,
apostando por la emancipación de los pueblos y las comunidades para vivir en
armonía con la Madre Tierra.
Apuesta por la integración socialista
Porque la crisis del sistema-mundo capitalista y la disputa
geopolítica por el control de los recursos naturales nos lleva a los pueblos y
trabajadores del mundo a un escenario donde hay que optar por uno de los dos
proyectos en disputa, el de la emancipación socialista, o el de la restauración
neoliberal.
Bolivia, y los procesos de cambio en América Latina, han
apostado, con diversos ritmos, intensidades y matices, por la emancipación; de
sus pueblos, de sus habitantes y de su naturaleza, recuperando la soberanía
sobre sus recursos naturales para hacer frente al proyecto imperialista y neocolonial.
Por eso hoy, aquí y ahora, los pueblos y trabajadores del
mundo queremos desarrollar la reflexión del compañero Presidente Evo Morales y
venimos a proponer una tesis para salvar el planeta, una doctrina en defensa de
la vida frente a la muerte encarnada en el capitalismo. Esta tesis solo puede
tener un horizonte, el del socialismo, con el aporte que recogemos en Bolivia
de lo comunitario, y solo puede estar asentada sobre tres solidos pilares, el
antiimperialismo, el anticolonialismo y el anticapitalismo.
Tesis política antiimperialista, anticolonial y
anticapitalista rumbo al socialismo
Nuestras realidades nacionales tienen diferentes ritmos e
intensidades, pero queremos mirarnos en el reflejo de Bolivia, donde se pasó de
la resistencia a la construcción de un instrumento político para la toma del
poder, y de la toma del poder a la construcción de un proyecto político del
pueblo y para el pueblo.
Ahora queremos crear un instrumento político mundial para la
construcción de un proyecto político global que dé respuesta a la crisis
estructural del capitalismo.
Antiimperialismo
El secuestro aéreo del Presidente Evo Morales hace un año
poniendo de rodillas a varios países europeos constató que el imperialismo no
se va a quedar quieto ante los proyectos de transformación social que ponen en
marcha procesos de cambio en defensa de las mayorías sociales.
Un proyecto con base antiimperialista debe por tanto,
repudiar el brazo armado de los Estados Unidos llamado OTAN, la maquinaria
político-militar del imperialismo.
Nuestro proyecto antiimperialista condena las bases
militares que el imperialismo disemina por todo el mundo como método de
injerencia. En América Latina son 77 bases m militares conocidas que violan la
soberanía política y territorial de los países de Nuestra América.
Especial atención merece la situación de Colombia y las
bases estadounidenses allá instaladas, punta de lanza para rodear la Amazonia,
elemento central de disputa geopolítica en los próximos años. La Paz en
Colombia, con la que nos comprometemos profundamente, pasa por la retirada de
las bases militares pero también porque la paz venga acompañada de la
participación política de la insurgencia y la clase trabajadora y los sectores
populares colombianos, como medio para garantizar la justicia social para todo
el pueblo colombiano.
De la misma manera que condenamos la injerencia imperialista
mediante la instalación de bases militares, hacemos lo mismo con las mal
llamadas “guerras humanitarias”, “guerras contra el terrorismo”, “guerras preventivas”
y “misiones de paz”, solidarizándonos con los sectores populares y la clase
trabajadora en Irak, Afganistán, Libia o Siria, que han visto destruidos sus
países por la codicia imperial que han visto como las guerras militares se
transformaban también en guerras económicas y culturales contra los pueblos.
Asimismo, condenamos cualquier tipo de injerencia contra
gobiernos soberanos, bien sea hecha por medio del espionaje, bien por medio de
golpes de Estado como los sucedidos en Honduras o Paraguay en América Latina en
este siglo XXI, además de los intentos, fracasados por medio de la movilización
popular, en Venezuela, Bolivia o Ecuador.
Injerencias que vienen acompañadas de un terrorismo
mediático contra los procesos, sindicatos y movimientos sociales, la llamada
Guerra de IV Generación, el intento de construir un orden comunicacional
hegemónico manejado por transnacionales capitalistas de la comunicación que
tratan de imponer sus objetivos políticos, económicos y sociales, siempre
contrarios a los intereses de la clase trabajadora y los sectores populares.
Como medida para superar las injerencias contra la soberanía
política y económica de nuestros pueblos, defendemos la desaparición del
Consejo de Inseguridad de las Naciones Unidas y la democratización del propio
sistema de las Naciones Unidas.
Anticolonialismo
Consideramos que el modelo de colonización impuesto por los
países del norte fue a través de crímenes de lesa humanidad, saqueos y
sometimiento de nuestros pueblos, y que las guerras han sido el instrumento de
sometimiento y dominación que ha utilizado el imperialismo para imponer su
voluntad política y económica.
El orden colonial es el núcleo del genocidio, de millones de
seres humanos exterminados, de cientos de lenguas aniquiladas en beneficio de
una pretendida homogeneización, de economías de complementariedad basadas en el
trueque sometidas al mercantilismo, de adelantos civilizatorios sometidos a la
inquisición y de un orden social basado en la reciprocidad reducido por el
individualismo.
Apostamos por la descolonización y la destrucción de los
cimientos materiales y subjetivos sobre los que se asienta el racismo, el
colonialismo interno y las nuevas formas de colonialismo externo. La
descolonización implica desmontar los cimientos institucionales, económicos,
políticos y culturales del viejo régimen y construir nuevos cimientos
institucionales, económicos, políticos y culturales de una nueva forma de
organizar la vida social.
La descolonización es un proceso revolucionario que lucha
contra el capital financiero y contra las grandes transnacionales, debemos
derribar el mito de un capitalismo democrático o una democracia capitalista.
Pero la descolonización implica también luchar contra la colonización cultural
e ideológica, el racismo, así como contra todas las formas de discriminación.
Debemos mencionar aquí el rol de la mujer en la lucha sindical y comprometernos
con la lucha contra el patriarcado, saludando el proceso de
despatriarcalización que impulsa el Estado boliviano y sus movimientos
sociales.
La descolonización implica asimismo una lucha por la
Interculturalidad, por otro modelo educativo que implique una apuesta por una
educación abierta, humanista, científica, tecnológica, productiva, liberadora y
revolucionaria, crítica, solidaria; orientada a la conservación y protección
del medio ambiente, la biodiversidad y el territorio con soberanía.
La descolonización implica enfrentar las situaciones
neocoloniales que todavía viven nuestros pueblos. En el caso de América Latina
repudiamos la ocupación de la ocupación imperialista de Puerto Rico; de
Guantánamo en una Cuba socialista que sigue resistiendo heroicamente a un
bloqueo criminal; de las Islas Malvinas por el Reino Unido y la OTAN; y nos
comprometemos con la defensa de una salida al mar con soberanía para Bolivia,
salida que le fue arrebatada en una invasión imperialista impulsada por las
elites económicas chilenas para quedarse con sus recursos naturales, una
verdadera integración latinoamericana pasa por darle solución a la justa demanda
de Bolivia ante Chile. Tampoco podemos olvidarnos de otras partes del mundo y
en ese sentido rechazamos la ocupación de Palestina y el genocidio que comete
Israel con todo un pueblo.
Anticapitalismo
Nuestra lucha es contra el capitalismo y todas sus
expresiones. Contra ese modelo destructor de toda forma de vida que además se
apropia de la plusvalía generada por los pueblos, las personas y nuestra Madre
Tierra.
Todo ello dentro un momento histórico caracterizado por una
guerra de alta intensidad financiera contra los procesos de cambio. Nos sumamos
a las declaraciones del Presidente Evo Morales solidarizándose con Argentina
frente a un sistema financiero global injusto e inmoral y los llamados “fondos
buitres”, quieren doblegar a los procesos de cambio mediante deudas contraídas
durante las dictaduras militares y el periodo neoliberal por gobierno que
servían al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Este sistema financiero internacional utiliza al FMI y el
BM, pero también a la OIT, para debilitar la soberanía económica de los pueblos
y sus trabajadores. Condenamos esta forma de neocolonialismo financiero de los
Wall Street Boys, los operadores del capital especulativo financiero, y
apostamos por una nueva arquitectura financiera internacional.
Este julio se cumplen 29 años de la Conferencia de La Habana
sobre la Deuda Externa, mecanismo ilegal del capitalismo para seguir
colonizando a los pueblos, repudiamos toda deuda del mal llamado tercer mundo y
apostamos por la eliminación total de la deuda.
Parte de la mutación del capitalismo financiero son los
tratos de libre comercio con los que pretenden enmascaras el control
territorial que quieren hacer de los procesos de transformación y sus recursos
naturales. Rechazamos especialmente la reedición sofisticada del ALCA que los
pueblos de América Latina y los gobiernos progresistas derrotaron en 2005 en
Mar del Plata y que ahora se llama Alianza del Pacifico, herramienta
imperialista de los Estados Unidos para socavar el proceso de integración política
regional en América Latina y recuperar espacios perdidos hasta el momento por
el avance de los procesos de cambio.
Frente a la Alianza del Pacifico, proponemos la Alianza de
los Pueblos del Sur y de la clase trabajadora en defensa de los recursos naturales
de los pueblos y de la Madre Tierra.
No es casualidad que el ataque terrorista que vive
Venezuela, país con las reservas de petróleo más grandes del mundo, al igual
que ya lo intentaron con Bolivia y Ecuador. La recuperación y soberanía sobre
los recursos naturales es fundamental pues constituye la base material de todo
proceso, la posibilidad de redistribuir la riqueza y reducir las desigualdades
en países castigados por 500 años de colonización.
Al igual que defendemos la soberanía sobre los recursos
naturales, defendemos también la soberanía alimentaria y nos solidarizamos con
las luchas campesinas frente a las transnacionales, al agronegocio, el uso de
agrotóxicos y transgénicos y en defensa de la soberanía alimentaria.
Rumbo al Socialismo
Sobre estos tres pilares es que proponemos la coordinación y
la cooperación de la clase trabajadora y los sectores populares que luche por
la construcción del socialismo a nivel nacional, regional y mundial.
Porque para llegar al socialismo necesitamos construir
previamente, la unidad de todas las fuerzas revolucionarias en un frente
popular antimperialista, anticolonial y anticapitalista a partir de una alianza
obrera, campesina e indígena, una alianza de los sectores populares.
Un socialismo que solo puede ser democrático, ampliando los
márgenes y límites de la democracia liberal, un socialismo antiimperialista y
anticolonial que supere todas las formas de enajenación del capitalismo, que
crezca desde las raíces de la clase obrera y los movimientos indígenas
originarios y campesinos, desde las fábricas y desde el campo y las comunidad,
para construir la sociedad-comunidad a la que aspiramos, una sociedad donde el
valor de uso primer sobre el valor de cambio impuesto por el mercado y el
capital.
Un socialismo con los medios de producción socializados en
una sociedad donde los servicios básicos les sean garantizados a todas las
personas junto con sus derechos laborales. Todos los derechos para todas las
personas.
La crisis del capitalismo lleva aparejada que para mantener
la tasa de ganancia a partir de la explotación de los trabajadores, en casi
todos países del mundo la edad de jubilación aumenta, las pensiones se reducen
y se mercantiliza y privatiza la salud.
Por supuesto el socialismo al que aspiramos recoge las
luchas y reivindicaciones de la clase obrera a lo largo de la historia.
Exigimos un sistema público, universal y obligatorio de seguro social para
todos los países, además de la reducción de la edad de jubilación y aumento de
las pensiones pues solo de esta manera las clases populares podrán vivir con
dignidad después de su jubilación.
Nuestro proyecto socialista debe garantizar que el agua y
los servicios básicos sean un Derecho Humano a partir de la soberanía sobre los
recursos naturales y energéticos que garantice los derechos sociales y
laborales.
Para garantizar los derechos sociales y laborales,
necesitamos construir una visión distinta del desarrollo capitalista.
El horizonte socialista debe ser necesariamente
internacionalista. Un internacionalismo que como decía el Che, es la ternura de
los pueblos. Defendemos un internacionalismo alianza del movimiento obrero,
campesino e indígena junto a los movimientos de liberación nacional y todos los
oprimidos del mundo que luchan por un mundo y un futuro de paz y justicia
social.
Ese internacionalismo clasista y socialista debe tener como
base la formación política, si queremos enfrentar la hegemonía capitalista en
lo económico, político, cultural y mediático, debemos prepararnos para la
Batalla de Ideas. Batalla de Ideas que como nos recordaba el Comandante Fidel
Castro, no significa solo principios, teoría, conocimientos, cultura,
argumentos, réplica y contrarréplica, destruir mentiras y sembrar verdades;
significa hechos y realizaciones concretas.
Conclusión
Reconocemos el aporte de la Federación Sindical Mundial en
sus 69 años de vida en la defensa de la clase trabajadora en Vietnam, Cuba,
Corea, la España de Franco, el Portugal de Salazar, la Grecia de la heroica
guerra civil, hasta Guatemala, Angola, Granada y Chile, Sudáfrica, El Congo,
Mozambique, Etiopía, Egipto, el Golán Sirio, el Líbano, Irak, la India,
Indonesia, Timor Oriental y el Sáhara Occidental.
Asimismo reivindicamos el legado de todos los libertadores
que dieron su vida por la liberación nacional y social de sus pueblos, Bolívar,
Zapata, Martí, Sandino, el Che, Ho Chi Minh, Sankara o el Comandante Chávez
además de reconocer el aporte que al momento histórico actual ha hecho la
revolución cubana encabezada por los comandantes Fidel y Raúl Castro.
El momento de transición en que nos encontramos necesita de
una coordinación de sindicatos, movimientos sociales, los jóvenes, las mujeres
e intelectuales comprometidos, para desde la defensa de los procesos de cambio,
buscar la construcción del proyecto político de liberación nacional y social de
nuestros pueblos.
Pero nuestra liberación no es solo la liberación de nuestros
pueblos. Es a la vez la liberación de la humanidad entera porque nosotros no
luchamos para dominar a otros; luchamos para que nadie domine a otro.
Y en el camino de la liberación, es importante mantener las
conquistas logradas, por lo que nos solidarizamos con el proceso de cambio
boliviano que esperamos sea reforzado en las elecciones presidenciales del 12
de octubre.
Que viva el
proceso de cambio bolivianoQue vivan las luchas de la clase trabajadora
Contra la barbarie
capitalista, por la paz y un mundo sin explotación
Cochabamba, Estado
Plurinacional de Bolivia, 2 de julio de 2014
Tomado de:
http://www.diputados.bo/index.php/noticias/36-especiales/529-tesis-politica-antiimperialista-de-cochabambaFotografía tomada de: www.consuladodebolivia.com.ar
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